En una hora, las tan ansiadas vacaciones de invierno llegarán a su fin, y empezará otra vez el ciclo lectivo 2008, que en quince días termina el segundo trimestre de ese ciclo. Así que estas dos semanas serán, por decir algún termino que se pueda aplicar a la situación, una erosión física, mental y sobre todo, de posaderas (sentarse a estudiar debe ser la acción que mas desgasta el cuerpo).
Lo que me dí cuenta en mis vegetativas vacaciones (yo hice que fueran así, decidí no moverme mucho, casi ni salí de mi casa) es que el lugar donde uno supuestamente está más protegido, mi propio hogar, es mucho más peligroso que "la calle".
Creo que soy muy culpable de eso sin duda, ya que el encierro me hizo que me ponga a pensar...y definitivamente, cuando me pongo a pensar (en ciertas cosas, en ciertas personas, en ciertas situaciones...) no me hago bien NUNCA.
O dejo de pensar y me hago de una masa llevada como rebaño de ovejas, o me la aguanto y entiendo de una vez que tengo que madurar BASTANTE
(Ce, gracias por tu critica, si bien esta entrada la escribí a las apuradas, tomé en cuenta lo que me dijiste, y espero que eso se vea en este texto)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario